Un viaje por la música, la cultura y el olvido
Supongo que si no hubiese elegido el camino de la música, me hubiesen sorpendido los viajes por el mar hacia nuevas tierras o hubiese sido una especie de escritor recluído en alguna cabaña perdida en las montañas; finalmente la música ganó la pulseada tripartita, pero no pierdo el hábito de escribir y mucho menos, cuando puedo, perderme por los lugares menos visitados y mas intrigantes del país.
El motivo de este artículo es, según mi experencia y mi visión personal, describir (tratando de contagiar y motivar a otros) el mundo actual de la música en Argentina, en especial en lo que se refiere al baterista como músico: qué nos pasa, qué dejamos atrás, que errores cometemos y que nos falta. Puede que sea una especie de catársis, pero si sirve de algo, bienvenido.
Comienzo del viaje
No sé muy bien que mecanismo hechó a andar la sociedad con respecto a la cultura y en especial a la música. No me pregunten por qué siempre son los mismos músicos los que tocan en
Lo que sí se, es que el paso del tiempo, la influencia de la televisión y de la radio, que nos pasan toneladas de baratijas por segundo, finalmente, ha hecho, no solamente que seamos mas ignorantes, sino que mucha gente haya perdido la sensibilidad para disfrutar de “buena música”… si bien este criterio de lo bueno y de lo malo, es relativo … hasta en ese criterio hemos distorsionado su concepto, lo hemos elastizado tanto que una persona que recién dá sus primeros pasos se considera a sí mismo artista en la primer semana, para luego en 2 semanas más, considerarse un referente.
Estudio?, experiencia?, trabajo personal?, formación profesional? … no, no nada de eso, todas esas cosas las dejamos para “los idiotas” como yo que apostamos al conocimiento y a intentar alguna vez en la vida ser verdaderos artistas…intentando buscar y dosificar nuestro talento, y recorriendo un camino con éxitos y fracasos, conviviendo con esa dualidad permanentemente; porque no sé si ustedes saben, amigos, que la vida no es un éxito permanente (que es algo que los medios nos venden con mucha facilidad) y el decir éxito es tan relativo como hablar de la buena y la mala música. En este momento en Catamarca puede haber un niño tocando la caja en un acto escolar y sentir que le salió tan bien que se considera un exitoso…
Primera parada: de Profesión Músico
Históricamente, y veo que en este mundo moderno donde las cosas cambian vertiginosamente, debo decir que, tristemente, el concepto de músico sigue tal cual como antaño, podríamos decir que en una enciclopedia encontraremos esta definición hipotética de lo que la mayoría de la sociedad piensa qué es un músico.
Músico: Es un vago que como no quiere trabajar se dedica a la música. Dícese de la actividad de un bohemio vicioso que molesta a los vecinos y que se viste en forma disparatada. A ese no hay que pagarle ni darle una moneda.
Ahora vamos a la definición del baterista.
Baterista: Persona que toca la batería y es odiada en el edificio y/o viviendas linderas. No importa que estudie y que toque bien, jamás será una persona querida. Ese no hace música, hace ruido.
Bueno, todos sabemos que hay que tomarse las cosas con humor, pero hay mucha gente que piensa así, pero como la ignorancia es ilimitada a lo largo de este artículo veremos situaciones muy insólitas.
Ahora, muchos de nosotros hemos elegido la música como profesión, con mayor o menor formación académica o por tradición oral o autodidacta; y la verdad es que aquellos que elegimos la música como profesión, la amamos, pero debemos y necesitamos trabajar de ella, si no no sería una profesión. Por tal motivo la disfrutamos pero a la vez la tomamos en serio con todo lo que ello implica.
Los errores que hemos cometido los músicos tanto profesionales como amateurs con el paso del tiempo, han hecho que hoy día la actividad del músico se encuentre en un momento crítico, al menos en nuestro país.
Me dá mucha pena ver a colegas que han abandonado la profesión porque debieron tomar otro camino económicamente hablando; o a muchos que llevan años dedicándose a la profesión de músico o de Profesor de Instrumento y que deben complementar la actividad con otra cosa… realmente me apena y no puedo negar un enorme fastidio.
Segunda Parada: Los errores
Los músicos cometemos grandes errores a diario en la toma de decisiones desesperadas; no voy a profundizar en cada una porque creo yo que en Internet se dialoga bastante sobre estos temas…pero una cosa es hablar y otra hacer. Vamos a los errores:
- Por qué pagar por tocar o considerar que tocar gratis es lo mejor que nos puede pasar?
- Por qué nos desesperamos en tocar en lugares de elite, pagando fortunas? ¿Qué beneficio te puede acarrear decir que tocaste en xxxx lugar? (un día los voy a “escarchar” con nombre y apellido)… cambia tu vida musical o profesional por haber tocado en “ese” lugar?).
- Por qué siempre estamos con la visión puesta en USA cuando la realidad nos pega una cachetada bien fuerte en Argentina?
- Por qué, mientras en otras disciplinas hay una tarea de ayuda en conjunto, los músicos brillamos por el egoísmo y la individualidad?
- Por qué nos cuesta tanto a los músicos profesionales armar y llevar a delante un proyecto laboral en donde todos tengan alguna iniciativa?
- Por qué a los músicos nos cuesta tanto valorizar lo que hacemos en términos de dinero?
- Por qué nos cuesta tanto hablar de dinero?
Para las primeras inquietudes, no sé cual será la solución, tal vez dejar de tocar por 3 meses en lugares, no sería una mala idea; o tal vez participar para que se sancione una ley para que el músico pueda tocar y disponer de un cachet o viático… si, es difícil, pero si nos quedamos tomando mate va a ser cada vez mas complicado.
Para las últimas inquietudes, considero que el dinero lamentablemente está instalado en el mundo, uno NO paga con arte la comida para la familia, el colectivo, una cuerda, un par de palillos, un médico, etc, etc… todo eso se paga con dinero. Por otro lado, si el dinero no fuese tan importante por qué el dueño de una confitería se queda con todo?.
Tercera parada: La cultura
No es fácil hablar de la cultura y sus disciplinas; estamos en tiempos donde la cultura se regala y por eso se da por sentado que el valor que tiene un trabajador de la cultura es “gratis”, y como la cultura es un bien de regalía no se le dá demasiada importancia qué digamos. Una cosa es regalar y otra muy diferente es permitir que todo el mundo, de todas las clases sociales tenga acceso libre a las actividades culturales, con eso sí estoy de acuerdo.
Que significa que la cultura se regala?... bueno, siempre el ultimo eslabón de la cadena es el artista que no es tan conocido o que directamente es un desconocido… en muchos emprendimientos sociales los artistas de TV (por citar un ejemplo) que realizan festivales para recaudar fondos, no van gratis, amigos… cobran menos pero no van gratis… incluso una vez, un baterista de una banda muy conocida de los 90s, me contaba que en un Festival Solidario ellos no dejaban de cobrar (en lugar de cobrar el 100% cobraban un 70%).
Sin ir mas lejos, los Municipios y en particular las Secretarías de Cultura organizan eventos gratuitos, donde te convocan y por supuesto no te pagan por lo que les ofrecés, ni siquiera un viático (hay muy pocas excepciones a esto)… ahorá llevan a un grupo como los Decadentes, y ponen sobre la mesa no menos de $50.000. Por qué unos sí y otros no? … no quisiera pensar que es así porque los que no son conocidos pasan a ser el último orejón del tarro, no?.
Otro tema que me llama poderosamente la atención es cómo quienes se encargan de recibir los proyectos en las Secretarías de Cultura de todo el país, tienen tan poco conocimiento e interés en las actividades que se les ofrece; no saben muy bien lo que es una clínica; cuando hablás de un trío de guitarra, bajo y batería te miran asombrados y dicen : Rooccckkkkk???????, algunos consideran al Blues y al Jazz como invasiones Imperialistas de la música; otros “cerrados” como la escotilla de la serie Lost, si no es Folklore o Tango, ni te miran… esto es cultura?...
He viajado mucho por el interior y me consta que muchos bateristas y músicos con inquietudes de ofrecer en sus escuelas o centros culturales, eventos para que el público disfrute y aprendan… no reciben ni $0,10 de apoyo de las Secretarías de Cultura regionales, y si reciben algo todo se transforma en un gran problema… saben cuales son esos grandes problemas?: un pasaje ida y vuelta en tren o en micro; 1 o 2 días de estadía en el Hotel mas humilde del lugar… tan complicado es cambiar estas cosas burocráticamente absurdas???...
Otro detalle absurdo: estamos llenos de Centros Culturales del estado y el único que conozco que tiene un ensamble de Guitarra, Bajo y Batería es el Centro Cultural Quinquela Martín de Hurlingham.
Hay otro Municipio cercano que posee una escuela de música que deriva alumnos a
Fin del Viaje: Breve Conclusión
Bueno amigos, hasta aquí llegué en esta descripción del estado del mundo musical argentino. Algunos dirán “sálvese el que pueda” …que es lo que estamos haciendo individualmente; o podemos, ya que el estado nos quiere lejos, proporcionarnos y nuclearnos para generar y compartir espacios (obviamente hay cosas que se pueden compartir y otras que no) pero un buen modo de construir alternativas es compartir, ser organizadores y ser también artistas convocados, alentar al público a participar y que conozcan nuestras propuestas y no solo las de los 15 músicos que van para todas partes…es una utopía?
Comentarios